viernes, 25 de septiembre de 2015

Texto tema 2. El trabajo infantil


Había dos formas de trabajo infantil durante la revolución industrial: Los aprendices de parroquia y los niños que trabajaban gratis. Los aprendices de parroquia eran niños huérfanos que estaban bajo el cuidado del gobierno británico. Los dueños de las fábricas les proporcionan vivienda y alimentos a cambio de su trabajo. Estos niños no recibían ningún tipo de compensación monetaria. Los niños que trabajaban por salarios muy bajos ganaron el título de niños que trabajaban gratis, algunos tenían 5 años y trabajaban en fábricas y minas de carbón. Debido al crecimiento de las fábricas textiles, un gran número de niños trabajaban en fábricas de algodón en donde pasaban la mayor parte de su tiempo en habitaciones con muy poco aire fresco y nada de ejercicio. Los niños también eran contratados para trabajar en fábricas de manufacturas como deshollinadores y cocinando ladrillos.

Condiciones de trabajo

El trabajo en las fábricas era un "refugio" para las familias que no les quedaba otra opción para no tener que sufrir hambre o directamente la muerte. Los padres confiaban en los ingresos de sus hijos y veían a la fábrica como una oportunidad para sobrevivir. La mano de obra de fábrica consistía en tareas manuales repetitivas. Los niños trabajaban en fábricas que eran insalubres y eran expuestos a productos químicos tóxicos y regularidad. Los niños que trabajan en fábricas de manufacturas, entraban en contacto con altos niveles de fósforo, lo que provocaba que sus dientes se pudran. Algunos niños murieron a causa de la inhalación excesiva de vapores de fósforo que despedían estas fábricas. En las fábricas de algodón, los niños generalmente manejaban maquinaria peligrosa lo que provocaba que tengan graves lesiones y accidentes. Otros se caían dentro de las máquinas dormidos por trabajar durante una cantidad excesiva de tiempo eran aplastados por peligrosas máquinas con las que trabajaban. Los niños que trabajaban en las minas de carbón a menudo morían a causa de las explosiones y lesiones.

Horas de trabajo

La mano de obra industrial no estaba regulada y los niños formaban parte de este trabajo extremadamente agotador, trabajando entre 12 y 19 horas al día, seis días a la semana, con un descanso de 1 hora. No era raro que los niños comenzaran su jornada laboral a las 5 AM y trabajaran hasta las 10 PM. Tampoco se les permitía usar relojes y los empleadores de las fábricas se aprovechaban de esto para manipular el tiempo para hacer que los niños se quedaran más tiempo trabajando en la fábrica fuera de su horario regular de trabajo
Evolución de la producción de algodón británico.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Texto: Tema 1. Antiguo Régimen
A veces se cogía una forma suave de la enfermedad, pero muy a menudo atacaba virulentamente hemorrágicas que se volvían oscuras, la enfermedad fue llamada la «peste negra».

En un mundo que desconocía la higiene, la peste negra se propagó inconteniblemente. Se cree que mató a 25 millones de personas en Europa antes de desaparecer (más porque todas las personas vulnerables habían muerto que porque se hiciese algo para detenerla), y muchas más aún en África y Asia. Alrededor de un tercio de la población de Europa murió, y quizá más, y pasó siglo y medio antes de que la procreación natural restaurase la población europea al nivel que tenía por la época de la batalla de Crécy. […]>>

>>Ciudades enteras quedaron despobladas; los primeros en morir quedaron insepultos, mientras los sobrevivientes iniciales huían, difundiendo la enfermedad allí adonde llegaban. Las granjas quedaron sin atender; los animales domésticos (que  también murieron por millones) deambularon sin nadie que cuidase de ellos. Naciones enteras (Aragón, por ejemplo) quedaron tan afectadas que nunca se recuperaron realmente. […]>>

>>El populacho aterrorizado tenía que entrar en acción, No sabiendo nada de la teoría de los gérmenes ni del peligro de las pulgas, incapaz de mantenerse limpio en una cultura más bien recelosa de la limpieza por considerarla mundana, no podía hacer nada útil. Pero podía hallar un chivo expiatorio, y para eso siempre estaban disponibles los judíos.>>

>>Surgió la teoría de que los judíos habían envenenado deliberadamente las fuentes para destruir a los cristianos. El hecho de que los judíos muriesen de la peste al igual que los cristianos  no fue  tenido en cuenta para  nada, y se  hizo con  ellos una implacable matanza. Por supuesto, ello no contribuyó en nada a disminuir el flagelo.>>

ASIMOV, Isaac, La formación de Francia, Madrid, Alianza Editorial, 1982, págs. 163-166